Niña eligiendo ropa

El niño Selectivo. Rasgo típico del desarrollo del niño de 2 años.

La selectividad es propia de los niños de dos años, o mejor, su inicio es propio de esta edad, ya que anteriormente nuestros hijos a penas hacen o creen necesario hacer elecciones, hasta los limites de los dos añitos

es fácil observar que el niño es en gran medida conformista, y es a partir de aquí cuando comienzan las primeras elecciones. Podemos ir comprobando este rasgo en nuestros hijos, ya que no será tan fácil de convencer ni se conformara con la elección que realizan sus padres, con respecto a él, sobre todo. Es en esta etapa, cuando comenzamos a observar, que nuestro hijo tiene preferencias en cuanto a diversos aspectos que conciernen a su vida, como por ejemplo en cuanto a los alimentos, a la ropa, o al ocio, y de esta manera nos hará saber que le gusta más el helado de chocolate que el de fresa, o prefiere subirse en el tobogán y no en el balancín, prefiere los zapatos rosas del armario a las zapatillas verde, también podemos observar que no quiere ponerse el sweter rojo, pero en cambio si le ponemos el verde está completamente feliz, ya que es ese el que prefiere, y así podríamos citar muchísimos más ejemplos del día a día.

Todo este desarrollo no solo es típico de su edad, sino que es beneficioso por muchos motivos, ya que el niño está empezando a definir su carácter, temperamento y personalidad, explorando sus gustos y preferencias, comprobando que puede en ocasiones imponerlas, y que se tengan en cuenta, negándose en muchas ocasiones. Este es uno de los rasgos que le irán confiriendo su carácter de individuo, y una personalidad propia y genuina.

Ante las dudas que puedan ir surgiendo, sobre como podemos sus padres y educadores gestionar los conflictos que surgen o arraigan en dicho comportamiento, debemos de tener en cuenta algunos aspectos, como dejar elegir a nuestros hijos siempre que sea posible, y dentro de sus posibilidades, fomentando así su sentido de la responsabilidad, su autonomía, y sobre todo
autoestima, siempre y cuando estas elecciones sean limitadas y acotadas, tanto a su edad como al sentido común de sus padres. Pongo un ejemplo, podemos dejar elegir a nuestros hijos que desean de postre, acotando las opciones, de esta manera, el niño no puede elegir entre lácteo o fruta, ya que esta cuestión corresponde a los padres realizar previamente dicha elección que van a plantear a sus hijos, de esta manera le puedo decir “Cariño, esta noche
toca lácteo (o fruta, según corresponda al momento), puedes elegir entre natillas y flan (o mandarina o fresas en el caso de que corresponda fruta)”, de esta manera hemos filtrado su elección a una cuestión adecuada a su edad, y hemos acotado o limitado su elección a dos únicas opciones, ya que probablemente si no lo hacemos de esta manera podríamos incurrir en el error de que no conozca las opciones o que ante una variedad muy extensa de éstas se pierda y no sepa que elegir, o cambie de opinión en varias ocasiones para un mismo momento.


aroa carrasco

Aroa Carrasco, pedagoga en Hada



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