Qué hacer cuando lo pide todo llorando

Muchos padres se quejan de que sus hijos “lo piden todo llorando”, desde que se levantan de la cuna o cama piden ser atendidos llorando, y este llanto continúa a lo largo del día ante cualquier petición o demanda que realicen: pediragua, una galleta, que lo cojamos en brazos, le dejemos andar solito, comer solo, ver los dibujos, que le contemos un cuento, le saquemos un juguete específico, y un sin fin de peticiones mas.

Aunque no se pueda incluir éste dentro de las ya conocidas rabietas, también debemos saber que hay que trabajarlo, y conocer la técnica para ello, ya que no deja de ser una forma inadecuada de pedir las cosas. El niño/a debe aprender a pedir las cosas sin llorar. En muchas ocasiones nuestro hijo/a realizará demandas ante las que se encontrará con una negativa rotunda, por ejemplo cuando solicita jugar con algún instrumento peligroso como un destornillador, unas tijeras o un cuchillo, frente a estas situaciones los padres pueden encontrarse con una rabieta, ya que ante la negativa probablemente el niño/a intente por todos los medios conseguir lo que pide, y una de las estrategias para lograrlo podría ser hacer una pataleta.

Por otro lado el niño/a debe aprender que existen otras peticiones ante las que encontrará concesiones, aprobación y ayuda si las realiza de forma adecuada, y no llorando, como por ejemplo pidiéndolo verbalmente sin llorar, o señalando el objeto de su petición y esperando a que se le ofrezca. Esta es una forma de negociar, que debemos enseñar los padres y educadores a los niños/as.

Por lo tanto cuando nuestros hijos/as lloren para realizar cualquier demanda debemos adoptar una posición física que nos sitúe frente a él, que nos permita mirarle frente a frente a los ojos, y poder decirle tranquilamente, y las veces que sea necesario, que no se le concederá nada si lo pide llorando, por ejemplo podríamos decir “si dejas de llorar mamá te da el agua”, “para de llorar y te doy la galleta”, “únicamente quiero que pares de llorar, y te sacaré el juguete que pides”… en cuanto el niño consiga calmarse aunque sean breves instantes, debemos responder a la petición sin dilación. De ésta manera estamos recompensando de forma inmediata la conducta deseada, y fomentando que la repita y la generalice.
Aroa CarrascoAroa Carrasco Villanueva. Licenciada en Pedagogía, nº col. 205.
Especialista en Educación Infantil, y Pedagogía Terapeutica.
CREIXENT JUNTS, Gabinet Psicopedagógic.

 



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