Muchas familias se encuentran ante la situación de haber convertido, con la llegada de un nuevo hijo, a su primogénito, en “un hermano mayor”, que hasta ahora, había protagonizado el papel de hijo único, con todas las atenciones exclusivas que ello conlleva. Debemos ser conscientes, de que cuando este hijo único, se enfrenta a la llegada de un nuevo miembro a la familia, debe cambiar su rol de hijo único, por el de hermano mayor. Esto no siempre es bien recibido por nuestro primer hijo, y pueden surgir los celos por sentimientos de rivalidad, y la necesidad de competir con ese nuevo niño. Uno de los motivos mas evidentes de esta competición, será conseguir, y sobre todo mantener, las atenciones y cuidados de sus padres, u otras figuras de crianza y educación.

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