Tras las aulas

Cada día, al empezar la jornada, la maestra lo primero que hace es valorar los conocimientos previos que tiene el alumno sobre el concepto o materia que se va a trabajar. Mediante la asamblea podemos valorar el grado de atención que necesita cada niño. Se dialoga con ellos, se les pregunta y se les hace participes, pero al mismo tiempo lo que estamos haciendo es personalizar la enseñanza.

Cada niño lleva un ritmo. En la escuela infantil de L’Eliana Hada cada niño es único y tiene unas características, no intentamos que todos sean iguales, sino que cada uno vaya descubriendo lo que le rodea por si mismo. Hay que estimularles, provocarles, inducirles, pero deben descubrirlo por si mismos, deben aprender a pensar y deben aprender a convivir.

Así trabajamos en la escuela infantil de L’Eliana Hada cada persona es única, totalmente diferente al resto y, a la vez, debe convivir con el resto en un ambiente de cooperación y respeto.

La organización del tiempo en nuestro primer ciclo es vital para su desarrollo como persona.
El primer ciclo

El primer ciclo de la educación infantil es la etapa más importante por la que tiene que pasar una persona a lo largo de toda su vida. El niño está construyendo, él mismo, los cimientos para formarse como persona, como individuo, con una serie de valores que asimilará para siempre.

Algunos de los objetivos que debe conseguir en esta etapa son: adquirir autonomía en necesidades fisiológicas básicas, adquirir hábitos, desarrollar las capacidades sensoriales y motrices, conocer su entorno próximo, adquirir el lenguaje básico, desarrollar la autoestima, tener confianza y seguridad en uno mismo, relacionarse y conocerse, explorar, manipular, observar y descubrir su medio, y muchísimos más de una larga lista.

Desde la escuela infantil de L’Eliana Hada queremos insistir en la importancia de esta etapa, el primer ciclo. Cuando entra un alumno en nuestro colegio, sea con 0, 1 o 2 años, automáticamente hay una programación “esperando” que le marcará unos objetivos, una metodología, un sistema de evaluación, unas actividades, en definitiva, todo un Proyecto Educativo. Pero también hay una maestra esperando y muchas más cosas: amigos, juegos, actividades, fiestas, festivales, días especiales, excursiones y, lo fundamental, mucha dedicación y cariño.

Las rutinas y hábitos como: el saludo a la entrada, la asamblea, las actividades del aula, el almuerzo, el control de esfínteres, el aseo personal, el descanso, la merienda y la despedida, consiguen, que el niño aprenda a convivir. Lo mismo ocurre con la organización del espacio. Aprenden que cada rincón del cole sirve para algo: el comedor, el lavabo, los pasillos, el patio, los diferentes espacios del aula y también del exterior del cole: la calle, su casa, el parque y más sitios.

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